lunes, 25 de marzo de 2013

Morriña



Multiusos de San Lázaro // Foto: Galizport

 Con el Deportivo de la Coruña en ley concursal y en riesgo de desaparecer, y el Celta que aunque practicase un football alegre a principios de temporada, corre peligro de descender de nuevo a segunda división, no es fácil determinar que corren malos tiempos para el balompié gallego. Lejos quedan esas ligas del Deportivo o las participaciones en competición europea del Celta con aquel equipo dirigido por Víctor Fernández. Fran, Bebeto, Karpin, Mostovoi… nombres que van quedando lejos en el tiempo. 

Tal vez, la única excepción sea el CD Lugo, que marcha tranquilo hacía la salvación en la división de plata. Once puntos de distancia con el Huesca, que es el club que marca la zona de descenso. En esa misma división, los gallegos extrañarán al Racing de Ferrol, prácticamente un clásico de la categoría, o las temporadas en las que el Pontevedra luchaba ocasionalmente por mantenerse en dicha categoría. Ambos se encuentran en Tercera División, ni siquiera la Segunda B ha sido benevolente con ellos.

Si hay un club que se extraña de verdad, un club que gozó en la segunda mitad de la década de los noventa de una vida próspera en Primera División, ese es el Compostela.

Fabiano // Foto: Don Balón
Aquellas tardes de football en un estadio cuyo nombre siempre me había llamado la atención, “Multiusos de San Lázaro”. Dos ascensos a principios de década, desde la Segunda B hasta llegar a primera. El “subcampeonato” de invierno en la temporada 95-96, la primera de un ilustre entrenador gallego, Fernando Vázquez. Aquel Penev post-Valencia y Atlético de Madrid, el brasileño Fabiano y su “menos samba y más trabajar” en el día de su presentación, o aquel Nacho que se sentía tan gallego que no quiso saber nada de la selección española cuando Javier Clemente lo incluyó en una lista de futuribles para el combinado nacional. En la memoria queda el gol de Ronaldo con el Barcelona en el coliseo compostelano. Para los que nos pilló en plena infancia recordaremos los cromos de los jugadores del conjunto gallego y su peculiar camiseta: mitad celeste, mitad blanca. No había otra igual en el football español, salvo aquella segunda equipación del Atlético de Madrid en la temporada 97-98, precisamente en la que el conjunto de Santiago descendió al perder en la promoción ante el Villarreal. Atrás quedaban años de alegría, años en los que el Compos parecía capaz de plantar cara a cualquier equipo. 

El pasado verano realicé el Camino de Santiago. Tenía en mente comprarme un souvenir. Nada de cruces, nada de camisetas con diseños sobre la peregrinación. Lo que yo quería era la camiseta del Compos.

El Compos en un partido de la temporada 11/12 // Foto: axogada.com
Ante una gran rivalidad de dos clubes, uno tiende a escoger aquel equipo que le cae más simpático. Mi problema con el derbi gallego es que tanto Deportivo como Celta me agradan y sentía que si elegía comprarme una camiseta de alguno de los dos podría perderme algo, no sabía qué, pero algo. Entonces, recordé aquel club que tenía prácticamente olvidado y decidido me dispuse a buscar la camiseta del Compostela por toda la ciudad. Una extraña mezcla de melancolía y tristeza me recorrió el cuerpo cuando me enteré que la antigua Sociedad Deportiva Compostela había desaparecido como tal por las deudas, y que se refundó un nuevo club, el Campus Stellae, que finalmente heredó el nombre de “SD Compostela” al pagar Caneda, de nuevo presidente, por los derechos. Este nuevo Compos lograría ascender a Segunda B la temporada 08-09, pero se volvieron a cometer los mismos errores del pasado y se desciende administrativamente a Regional Preferente. Al parecer ante aquel descenso a segunda ante el Villarreal, la solución que se tomó desde la dirección fue gastar y gastar. Aquello ahogó al club y finalmente lo hizo desaparecer tras tantas alegrías. Finalmente Caneda abandonó el club y surgió una nueva directiva que asumió la deuda del Compostela y logró, la pasada campaña, ascender a tercera división.

Parece bastante complicado que vuelva a verse el Multiusos lleno hasta la bandera. Parece complicado que vuelvan a correr los grandes clubes que desfilaron por Santiago en los 90. Aquel Barcelona de Ronaldo, antes mencionado, el SuperDepor, el Atlético de Madrid del doblete… Eran años en los que no se sabía quién ganaría la liga, quién se metería en Europa o quién descendería. Eran años en los que un niño disfrutaba y empezaba a querer este deporte. ¡Ay, qué morriña…!

Celebración del ascenso a Segunda B en 2009 // Foto: Álvaro Ballesteros/La Voz de Galicia