jueves, 20 de junio de 2013

Estadios modernos pero poco atractivos

Estadio Castelao, en Brasil. // foto: jammedia

Las ganas de vivir momentos históricos, de conocer jugadores nuevos, de ver en acción a selecciones desconocidas, de ver grandes potencias mundiales enfrentarse entre sí, los cuatro años que pasan entre una edición y la siguiente da un atractivo superior a las Eurocopas y a los Mundiales. Los ojos de los aficionados de todo el mundo se centran durante un mes en el país que alberga una de estas competiciones. Es la oportunidad para que el football de dicho lugar, se de a conocer: Sus ciudades, sus aficionados, su cultura, su historia, sus... ¿estadios?

Sí. Es una pregunta. Era una gozada ver encuentros internacionales en Anfield o el antiguo Wembley en la Euro 96, en el Velodrome de Marsella o el Geoffroy-Guichard de Saint Etienne en Francia 98. El mítico España-Yugoslavia en el Jan Breydel de Brujas en la Euro 2000. Partidos disputados en estadios históricos del país que organizaba la competición. Era un uno de los puntos fuertes. Era mezclar las aficiones de las selecciones con un escenario “natural” del lugar.

Ya para el Mundial del 2002 o la Eurocopa de Portugal en 2004 se construyeron muchos estadios especialmente para la competición. Al menos, algunos guardaban cierta estética con el resto de campos, pero desde Alemania 2006, se ha venido produciendo una especie de “uniformización” de los estadios. Todos similares, tanto por fuera como por dentro. Las mismas dimensiones, la misma apariencia, el mismo muro que separa la primera fila del terreno de juego... Es complicado diferenciar el Allianz Arena del PGE Arena de Gdansk, o el Nelson Mandela Bay Stadium y el de Porto Alegre.

Ya no son los aficionados y hosteleros los que se alegran cuando su país es el elegido para albergar una competición de estas características. Los gobiernos y las constructoras son ahora los que se frotan las manos viendo el dineral que pueden sacarse, muchas veces, de dudosa legalidad.

Vimos en la Euro 2012 y vemos en la copa confederaciones de Brasil como los estadios estaban por terminar a pocos días del inicio de la competición. ¿Es necesario levantar nuevos estadios? ¿Para qué? Es muy poco probable que en Sudáfrica vuelvan a llenar sus estadios como lo hicieron en la copa del mundo de 2010, ¿por qué no jugar la competición en los campos con los que se contaba previamente? Está claro que muchas federaciones se verían obligadas a retocar sus estadios para lograr que cumpliesen con todas las normativas, pero se conservaría la estética y sería mucho más práctico. Supondría una ligera mejora de las instalaciones, y los clubes locales podrían aprovecharlo sin tener que trasladarse a un monumento faraónico que perdería su razón de ser una vez acabada la gran competición.

Arquitectónicamente, estas nuevas instalaciones pueden ser más modernas y cómodas, pero todo lo que significa para el football, el Olímpico de Múnich o la estética del Santa Cruz del Botafogo, dotaría de un mayor grado de épica e historia a la disputa de una Eurocopa o un Mundial, y un mayor satisfacción para jugadores y aficionados.